viernes, 17 de julio de 2009

La muñeca rota

(La Poupée cassée)

Monólogo en verso
Por J. Emilio Aragón
En Guatemana, 15 de julio de 1917.

Sala lujosamente amueblada. Muebles modernos, propios para una joven soltera y bonita. Hora, un poco antes de las 7 de la mañana. Vestida de blanco aparece la gentil desposada: ella es una niña de diez y seís años que pretende ser mujer. Su charla es viva, locuaz, hasta que el monólogo lo indique. Juventud, belleza y sagacidad: tal la idea del autor al trazar estas líneas. La mayoría de las acotaciones sobran cuando la intérprete posea dotes de artista.

¡Yo no comprendo, Señor,
estas cosas de la vida!
Por senda desconocida
me va empujando el amor…
¿Casarme ya? Yo no sé
la razón de este bolonio.
Me dicen que le matrimonio
es cosa seria ¿por qué?
¡La verdad! No encuentro nada
de seriedad en el asunto:
bendice el cura… y a la punto
me encuentro mujer casada.
¡Vaya un trance! ¡Linda cosa!
¡Cuidado que es un exceso!
Hasta les gentes de peso
dirán al paso: ¡es la esposa!
Ganas me dan de reír
al verme en trance tan serio.
¡Este caso es un misterio
que yo no sé definir!
Es un asunto tan grave
que yo no sé explicar!
¿Podré a mi edad conjugar
el verbo amar? ¡Quién lo sabe!
¿Es locura o es amor
lo que siento por ese hombre?
Es tan bonito su nombre
que no encuentro otro mejor.

Por solo su bien daría
cuanto en el mundo hay de bueno:
Él se llama Magdaleno,
y su apellido Buendía. (Pausa)
Es feucho, muy feucho,
-según decir de la gente-
más es bueno y tan valiente
-a más de quererme mucho-
que yo en pago, y con razón,
le dare mi mano ahora,
llamándome su señora
al darle mi corazón.

(Leve transición)

¡Soy tan loca, tan loca!
Que ya llevo una hora entera
charlando de esta manera,
¡Y mi alegría no es poca…!
¿Y cómo no? ¡Si es tan bello
cambiar a mi edad de estado!
(Breve pausa. Se dirije al tocador que estará al fondo de la escena)
Retocaré mi peinado.
(Toma un frasco)
Brillantina; mi cabello
no ha de merester otra cosa.
Si soy tan joven y bonita,
nadie sin esto me quita
la gloria de ser hermosa…

(Queda un instante pensativa; su mirada recorre con lentitud la habitación)

Mas hoy recuerdo que aquí
en este mismo aposento,
¡con gran júbilo y contento
de este modo me vestí!
Yo era entonces colegiala,
y como fui tan traviesa
me llamaban “mal pieza”,
porque en verdad era mala.
(Ligera pausa)
Como jefe de escuadrón
de bizarros ciudadanos,
yo mandaba a mis hermanos
a ponerse en formación;
y aunque mi casa era estrecha
-a esa edad no se piensa-
yo asaltaba la despensa
abriendo en ella una brecha;
y como buen jefe que era,
a mi hermano Benjamín
ordenaba que el botín
a todos nos repartiera.
¡Buen jefe fui de la tropa
de soldadezca infantile!
De una escoba hice un fusil,
¡asombro de toda europa!
¡Firmes! … ¡De frente! ¡Mar….!
En este caso me alabo,
a mi hermano nombré cabo,
al mayor, ¡buen militar!
El tomaba una trinchera
sin temor al enemigo;
sin exagerar lo digo,
mi hermanito entonces era
un Napoleón, un Bolivar…
Un héroe verdadero…
El atacaba el almíbar
que mamá siempre escondía
tomando sus precauciones…
-¡Falta el dulce!
-¡Los ratones…!
Él a mama respondía.
-¿Cómo dejas eso allí?
Ya sabes que son golosos
esos bichos asquerosos…
Más nunca dijo ¡Yo fui!

¡Rataplam! ¡Rataplam! ¡Plam!
¡Ataque a la bayoneta!
de un caracol una corneta
y bandera de un fustán…!

(Suenan las siete en un reloj cercano)

¿Sonó el reloj?... Dan las siete,
y a las ocho voy al templo (Pausa)
Para formal ¡buen ejemplo!
¡Me parece esto un juguete!
¡Nada! ¡Nada! Ya es preciso
prepararse ¡el caso es serio!
Descifremos el misterio
del soñado paraíso
¡Al tocador! Una dama
que se presenta pulida,
ha ganado la partida
ante el hombre que la ama.
Para pedir un consejo
en este caso, es mejor
acercarse al tocador.
(Sientáse frente al espejo)
Este rizo está mal hecho,
el velo un poco torcido,
y exige el ciego Cupido
un azahar sobre el pecho.
¿Dónde está la escencia aquella
que huele a amor, a violeta?
Busquemos en la gaveta.
¿Seré olorosa más bella?
(Pausadamente abre la gaveta del tocador en el fondo hallará la muñeca rota)
¿Por qué trémula mi mano
abre este mueble tan quedo?
¡El corazón tiene miedo
de descifrar este arcano!
¿Por qué tiemblas corazón?
¿Presientes lo que hay aquí?
(Con tristeza)
Siete años hace que vestí así
En mi primera communion;
Y en este mueble dejé
Oculta, para mi daño,
La muñecca que aquel año
En el colegio gané
(enjuágase una lágrima)
abre mano sin temor
no te extrañe lo que hay dentro.
(Toma la muñeca entre sus manos)
¡Siete años hace y hoy te encuentro
en el mismo tocador!
(Mimosa)
¡Ven a mí y no te olvido
Pobre pouppe arrinconada,
escondida, no olvidada!
¡Bien sabes que te he querido!
(Pausa)
De mi alma tú sabes más
que el que hoy se dirá mi dueño
Mi matrimonio es un sueño
que tú no comprenderas
(Abraza y besa la muñeca rota, sollozando)
¡Yo te quiero, tanto, tanto…
…………………………….
¡No soy buena, no soy buena!
Que al ver morir mi niñez
y al darte un beso, esta vez,
te moja el rostro, mi llanto!
¡Corazón! ¿Por qué sufrir
al ver mi muñeca rota?
¿Te estás tornando en idiota
con tu incesante latir?
¡Son recuerdos de otros días
que se agolpan en mi mente!
¡Besos tibios que al presente
dan mis muertas niñerías!
¿Por qué, Dios mío, por qué
pasó tan veloz mi infancia?
(Ligerísima pausa, sobre el tocador encuentra una rosa marchita)
¡Ya no existe la fragancia
de este muerta rosa té!
¿Es un misterio la vida,
interrogación la muerte?
¿Por qué, muñeca, hoy al verte
me siento tan afligida?
¿Es la niña o la mujer
la que te tiene en sus manos?
En tal caso, los profanos
no me pueden comprender.
No saben por qué razón
lloro y sufro en este día.
Tú, ¡pobre muñeca mía,
fuiste un día mi illusion!
Y hoy te abandono y te dejo…
………………………………

¡No soy buena!¡No soy buena!
Mas hoy al dejarte me apena,
como antes, frente al espejo!
¡El destino lo ha querido,
nunca, jamás lo pensé…!
¡Hoy te abandono poupée
por el que ha de ser mi marido!

(Dan las ocho en el reloj vecino. Transición rápida, pero natural)

¿Las ocho? ¿Tan pronto ya?
¡Y Magdaleno me espera!

¿Mi marido?... Ahí está afuera…
¿Yo casada? ¡Ja, ja, ja…!

1 comentario:

HuelveElena dijo...

Al leerla pensé inmediatamente en Ibsen, Nora de Casa de Muñecas!